domingo, 25 de agosto de 2013

Centrarse en principios

 Groucho Marx dijo en una ocasión: "Éstos son mis principios. Si no le gustan, tengo otros".



Hace tiempo leí un best seller de Stephen R. Covey, del que muchos habréis oído hablar, ya que es uno de los títulos más vendidos de todos los tiempos en el ámbito de la autoayuda, superación personal, empresa y talento. Se llama "Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva". Es algo así como un manual para tomar el control de nuestra persona, el dominio de uno mismo. Y conseguir de esta forma el tan codiciado éxito en la vida.

"El verdadero éxito es el éxito que se obtiene con uno mismo. No consiste en tener cosas, sino en el autodominio, en la victoria sobre sí", reza el libro.

El libro, en uno de sus capítulos, analiza los centros en los que podemos focalizarnos las personas como eje central de nuestra vida: cónyuge, familia, dinero, trabajo, posesiones, placer, amigos, enemigos, religión y uno mismo.

El autor rechaza todos estos centros, ya que todos ellos nos hacen caer en paradigmas que, muy probablemente, acabarán desembocando en infelicidad. El único centro que nos puede permitir llevar una vida plena, dice, es vivir una vida centrada en principios.

"Los principios no reaccionan ante nada. No enloquecen ni empiezan a tratarnos de otro modo. No se divorcian de nosotros ni se van con nuestros mejores amigos. No están ansiosos por conquistarnos. No pueden pavimentar nuestro camino con parches y remedios rápidos. Su validez no depende de la conducta de otros, ni del ambiente ni de la moda del día. Los principios no mueren. No están un día aquí para irse al día siguiente. Están a salvo de incendios, terremotos o robos" (S.R. Covey)

He observado a lo largo de mi vida que una gran parte de los quebraderos de cabeza que preocupan a las personas, como el miedo a quedarse solo, a no encontrar pareja o, incluso, el miedo a la incertidumbre económica, tienen como denominador común el no ser unas inquietudes centradas en principios.

No podemos controlar qué personas se cruzan en nuestro camino; no podemos saber quién nos amará, si alguien nos amará, o si conservaremos a la persona amada a nuestro lado. Sólo somos unos viajeros desorientados. Buscando un resplandor. Haciendo un camino a medida que avanzamos en medio de la oscuridad.

Pero lo que es seguro es que siempre nos tendremos a nosotros mismos. Y por eso es importante que nos centremos en principios. En la sociedad decadente en la que vivimos, que adolece de una clara pérdida de valores que puede percibirse día tras día, creo que es importante, más que nunca, que nos centremos en principios.

Es posible que centrarnos en principios no nos dé la completa felicidad que todos anhelamos. Pero sí que nos servirán como una guía y una referencia para que nuestras fuerzas no flaqueen, para que no perdamos el rumbo con los reveses, amorosos o no, que irán apareciendo contínuamente en el camino.

Todo se puede perder aunque, si nos mantenemos fieles a nosotros mismos, tendremos algo que ya nunca nadie podrá arrebatarnos. Imaginaos que saco un billete de mi cartera, un billete de 50 euros. Y entonces lo arrugo, le escupo, lo tiro al suelo y lo pisoteo varias veces.

¿Seguiríais queriendo ese billete?

Ese billete somos nosotros. Si nos mantenemos fieles a nuestros principios, por más que nos humillen, nos maltraten, nos pisoteen... Seguiremos teniendo, exactamente, el mismo valor.

Invierte tu perspectiva.

2 comentarios:

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