domingo, 9 de marzo de 2014

Crítica a Evil Dead (2013)

Me declaro un fan del cine de Sam Raimi. Quizás no es uno de esos directores de culto cuyos truños son alabados por todos los pretenciosos y pedantes gafapastosos que ven en el cine una forma de expresión intelectual. En cierto modo puede llegar a serlo y por ello es bien conocido como el séptimo arte. Pero pienso que el cine, ante todo, es y debe ser un entretenimiento.

The Evil Dead (1981) fue el debut de Sam Raimi en el largometraje y se convirtió en uno de esos grandes clásicos del cine de terror de serie B de los años 80. La película presentaba una trama sencilla pero la cual ha calado hondo en el imaginario colectivo, ya que sentó en cierto modo las bases de un subgénero de terror que ha sido agotado hasta el hastío: un grupo de jóvenes incautos deciden pasar una noche en una cabaña solitaria en medio del bosque, siempre por algún pretexto absurdo, y son masacrados sádicamente por algún entre maligno o asesino. En el caso de The Evil Dead, la historia nos presentaba a unos alegres demonios cantarianos, los cuales podían despertar y poseer el cuerpo de los vivos tras recitar ciertos pasajes de un libro maldito encuadernado en piel humana, hallado en las ruinas de un cementerio sumerio: el Necronomicón.

La trama de la película era lo de menos: lo que realmente nos hizo disfrutar eran las muertes absurdas, el gore sin sentido y en clave de humor y, en definitiva, ese cierto aire a autoparodia que aunque no se mostraba explícitamente, aunque terminó de consolidarse en la segunda entrega de la saga: Terroríficamente muertos. Además, la fotografía y la cámara de Sam Raimi nos presentaron secuencias muy originales e imaginativas, únicamente al alcance de un verdadero genio del cine.

En esta ocasión, Raimi como productor, nos presenta un remake que, si bien no es fiel al espíritu de las originales, consigue superar las expectativas que uno espera al ver este tipo de películas, las cuales -no nos engañemos- acostumbran a ser insufribles.

Evil Dead (2013) es ante todo una película seria. Su ambientación es perfecta, el maquillaje es inmejorable -se ha prescindido de la sangre digital y se han usado los efectos especiales de antaño, que posibilitan una violencia gráfica mucho más imaginativa y divertida-, los actores aceptables y el guión sólido dentro de lo que cabe esperar en una película del género de terror. No obstante, si hay algo que se le puede objetar, es precisamente esto: es demasiado seria. Es una película de terror mainstream, tal y como he leído por aquí, y esto le hace perder la esencia de cine independiente propia de la saga.

No obstante, nos presenta una nueva historia, del mismo modo que Terroríficamente muertos presentaba una historia distinta a The Evil Dead, pero con los mismos elementos: la cabaña, los demonios y, como no, el libro. Es por ello que creo que, pese a no estar en línea con las anteriores entregas por lo ya comentado, Evil Dead (2013) se merece un sitio en la saga ya que, pese a sus defectos, se trata de una película de terror muy satisfactoria: produce tensión e intriga y sufres con los protagonistas. Y a veces uno se sorprende a sí mismo con casi treinta tacos y cerrando los ojos delante de lo que está viendo en la pantalla. ¿Qué más se puede pedir?

El remake ha hecho homenaje a las las escenas más memorables de las entregas anteriores y nos ha regalado otras nuevas que, personalmente, me han encantado. Evil Dead (2013) es terror del bueno, de ése tan violento y exagerado que no te produce angustia sino todo lo contrario: disfrutas al ver a los desdichados personajes pasando por tales aprietos y te ríes incluso pensando "¡Qué putada si me pasara a mí!". E incluso hay un par de momentos puntuales en el que el espíritu mordaz de las anteriores entregas parece asomarse, pero al final se queda en el mero intento. Y, como demérito, está el inexplicable cambio de nombre del Libro -que de Necronomicón ha pasado a llamarse Naturom Demonto- y un poco acertado desvío hacia los caminos más trillados del género de las posesiones demoníacas: la visión fantástica dentro del marco judeo-cristiano, cuyas bases sentó otra obra maestra del cine de terror: El Exorcista.

Mi impresión final es que la película no es suficientemente gamberra, pero es un trabajo de suficiente calidad dentro del género como para que su visionado no resulte una pérdida de tiempo. Y eso, en los tiempos que corren, es decir mucho. Os la recomiendo a los fans de la saga y a todo aquel que disfrute del buen cine de terror.

jueves, 27 de febrero de 2014

Amercian Horror Story: Coven

He sentido vergüenza ajena.

Sabe mal decirlo. Y es que la factoría Amercian Horror Story había alcanzado el cénit de su esplendor tras el estreno de una segunda temporada predestinada a convertirse en un clásico instantáneo. Asylum nos presentó una fascinante y ecléctica mezcla de chiclés del cine de terror que, cohesionadas mediante unas tramas que supieron mantener la tensión y el interés del espectador a lo largo de la historia, se convirtió en una de aquellas extrañas joyas de culto que triunfan en gran parte gracias al boca a boca. Oh, sí, ver American Horror Story estaba de moda por allá el 2013.

Debe ser a causa de la inercia de aquel rotundo éxito en la pequeña pantalla, que la crítica profesional ha caído tan bajo sobrevalorando inexplicablemente este despropósito de tercera temporada. Yo personalmente me niego a creer que hayan escrito su crítica sin haber visto la serie, ya que en esto consiste su trabajo. Por lo tanto, únicamente me queda la alternativa de pensar que Coven ha sido aceptada por la crítica profesional debido a eso que los psicoanalistas llaman la presión de grupo. Es decir, miedo a dar una opinión contraría a la de la mayoría, y que entonces alguien pueda pensar eso de que tú eres tonto.

Lo cierto es que esta temporada tiene casi todos los ingredientes que hicieron triunfar a Asylum. Decorados, vestimenta y puesta en escena muy cuidada. Una cámara que aporta una fotografía destacable para tratarse de una serie de televisión, aunque resulta algo torpe en las escenas de acción. Un elenco de estrellas para interpretar a los personajes de la historia. Irreverencia y falta total de complejos para mostrar escenas escabrosas y desagradables. Una historia original y de fusión de géneros. Tan sólo le ha faltado un guión.

Seguramente se realizó un storyboard para Coven. Pero no tengo tan claro que éste se terminara en su totalidad antes de empezar a rodar la temporada. Me inclino más a pensar que quizás hicieron sólo el del primer capítulo. Y luego, el resto de capítulos los definieron sobre la marcha. De ahí que no haya una línea argumental definida esta temporada. Únicamente se reflejan al terminar la serie unas cuantas ideas, de ésas estilo: "¡He tenido una idea! Ahora voy a trabajarla y a desarrollar un guión!". Pero no, se pusieron a rodar sólo con las ideas, sin haber elaborado un guión que guardara una mínima coherencia interna y dotara a la historia de algo de seridad.

Pero lo más grave de todo no creo que haya sido la falta de talento al definir una historia algo interesante o dotar a los personajes de unos centímetros, nada más, de profundidad psicológica y evolución. Lo peor ha sido la absurdidad y ridiculez extrema que han llegado a alcanzar alguna escenas que supuestamente deberían haber sido el clímax de la historia. Pero este estilo socarrón y con un sentido del humor francamente malo, que no encaja para nada con el tono de la historia -recordemos que se trata de una historia de terror que tiene que dar, al menos, un poco de mal rollo- han convertido estos momentos en situaciones autoparódicas que a mí me han dado un poco de pena. Y lo que más me entristece es que no he percibido en estas escenas una clara intención de la serie de reirse de sí misma. Es decir, mucho me temo que no eran un homenage a Evil Dead 2. Sencillamente eran malas y pretendían ser buenas. Pero fueron planificadas y ejecutadas de una forma desastrosa.

Esto suele pasar en las series de Ryan Murphy. Glee fue muy buena en su primera temporada. Luego flojeó, y la cuarta ya es que no pude acabar de verla. Francamente, no me han quedado ganas de ver la cuarta de American Horror Story. Creo que Albert Einstein dijo una vez: "No sé cómo será la tercera guerra mundial, pero la cuarta será con piedras y lanzas". Yo si eso le haré caso y no apareceré por allí.

Me quedo con una nota positiva, a pesar de tal masacre televisiva, y es la cara de ángel de Taissa Farmiga. Hay que ver lo guapa que es la chica. Y yo me pregunto, una vez más: "¿Cuando harán una serie o película de terror que dé tanto mal rollo como los openings de Amercian Horror Story?".