sábado, 21 de diciembre de 2013

Rebelarse contra el statu quo

A pesar de no ser una persona que viva la política con demasiada intensidad, he notado algo que me entristece en la forma de pensar de las personas de mi generación. La mayoría de las personas con las que he hablado de temas de actualidad, a pesar de haber recibido formación universitaria y tener Internet, se han dejado engañar por la manipulación de los medios y han interiorizado algunas de las más burdas falacias confeccionadas para hacernos creer a la clase obrera que la culpa de esta espiral descendiente de pérdida de derechos que hemos estado viviendo los últimos años tiene causa justificada, y en ningún caso sospechan que la misma pueda tener algo que ver con la corrupción de la clase política y este sistema de falsa democracia que nos han vendido.

He tenido que oír de la boca de gente joven cosas como que la causa de la crisis es que "la gente ha estado tiempo viviendo por encima de sus posibilidades", cuando está claro que las raíces del problema son mucho más profundas, y que están mucho más relacionadas con los intereses de los más poderosos que con la mala gestión por parte de los pobres de su pequeño e insignificante -a nivel macroeconómico- patrimonio personal.

La gente habla de recorte de derechos sociales, de establecer un copago en la Sanidad Pública porque uno de los problemas de nuestra sociedad es que cuatro viejos vayan cada semana al médico a causa de la hipocondría natural a esa edad. Y, según ellos, esto nos está arruinando el país. Es la misma gente que habla del liberalismo económico, y de la abolición de la Seguridad Social y de la redistribución de la riqueza para un Estado próspero. La misma gente que ve muy bien que Cristiano Ronaldo cobre miles de millones de euros cada temporada por correr detrás de un balón un par de veces por semana, mientras que hay profesionales de la investigación que se han sacrificado mucho para llegar hasta ahí y luchan cada día por aportar valor verdadero a nuestra sociedad, y deben malvivir cobrando una beca miserable y viviendo con sus padres o en un cuchitril de mierda con cuatro colegas. Pero éste es el paradigma del capitalismo: el fútbol vende, la ciencia no. Es el mercado el que pone el precio.

¿Realmente ha aportado tanto Cristiano Ronaldo a vuestra vida? Porque a pesar de él yo he tenido que seguir levantándome cada mañana temprano y trabajando duro para cobrar un sueldo miserable. ¿Y todos los ricos que defraudan a Hacienda y evaden impuestos refugiándose en paraísos fiscales? ¿No tiene más impacto económico la sumarización de los suelos de los futbolistas y todo el dinero que el Estado no ha cobrado por parte de las grandes fortunas que han evadido impuestos que el hecho de que cuatro viejos vayan al médico? ¿De verdad que para arreglar lo del déficit público es necesario recortar más derechos sociales?

¿En serio que lo correcto para asegurar que las empresas tengan estabilidad financiera es abaratar el despido, hacer contratación basura y bajar el sueldo a los empleados, o hacerles contratos en prácticas ad infinitum, y seguir manteniendo o incluso engordando la nómina de los altos directivos? ¿Y lo de cargar el gasto en putas y coches de lujo a las cuentas de la empresa?

La gente pobre ha asimilado el statu quo de un modo tan profundo que es extraño encontrar a alguien que a día de hoy plantee este tipo de preguntas. Todo lo contrario, la mayoría de gente con formación, hoy en día, es liberalista. No creen en la Seguridad Social, ni en una sociedad justa. Joder, hoy en día hasta los pobres son de derechas. A eso se le llama masoquismo.

Menos mal que, a pesar del borreguismo generalizado, todavía quedan unos pocos que tienen las pelotas -no sé si pelotas o inteligencia suficiente- de ver las cosas con un poco de perspectiva y darse cuenta del gran engaño al que hemos sido sometidos. El hecho de que haya gente como José Miguel Monzón, más conocido por su nombre artístico, El Gran Wyoming, que nos deja perlas como la de "un antisistema es aquel que se atreve a privatizar la sanidad, no un manifestante", o Aleix Saló, del cual os dejo el vídeo de promoción de su último libro, Europesadilla, alguien se ha comido a la clase media, aporta un mínimo de esperanza, ya que siginifca que no todo el mundo vive en un engaño, y que quizás alguna vez sus palabras de denuncia sean escuchadas por muchos y pueda ser el inicio de un cambio importante.
Pero, en todo caso, la realidad es que nos hemos vuelto conformistas. Hemos dejado que los que tienen la sartén por el mango nos hayan ido metiendo pepinos por el culo sin rechistar. Y encima les damos la razón y les aplaudimos por ello. Guardamos opiniones en nuestro fuero interno como que en realidad nos lo merecemos, y la solución es que todavía nos metan más pepinos por el culo (es decir, que nos sigan recortando derechos sociales, por si hubo quien no entendió la metáfora). Somos ese maldito perro apaleado que cree que merece que su amo le sacuda. Y no creo que las cosas vayan, pues para luchar por un cambio hay que decirse antes dos cosas importantes:

a) no merezco esto, quiero un cambio;

b) estoy dispuesto a pelear.

Pero no, aquí viene cualquier demagogo como Artur Mas y nos convence de que la independiencia de Cataluña será la solución a todos nuestros problemas. Pero no es así, porque la lucha no es entre España y Cataluña, la lucha no es entre izquierda y derecha, la lucha no es otra que la que ha habido siempre. La lucha es entre ricos y entre pobres, la misma lucha que hizo que Luis XVI perdiera la cabeza en la guillotina en 1793.

A lo mejor la actitud que habría que adoptar frente a los ricachones mandamases que se están quedando con todo lo nuestro no es tanto la sumisión, el pasotismo y la cobardía, si no más bien la de este hombre:



«Liberté, égalité ou la mort» («Libertad, igualdad o la muerte»)

Invierte tu perspectiva.

sábado, 23 de noviembre de 2013

Tardes de sábado en la vida de un escritor

Es curioso como este blog ha ido perdiendo su esencia original. Empezó como un proyecto bastante ilusionante, en el que trataba periódicamente de elaborar artículos que aportaran una visión original sobre algún aspecto de la vida o la actualidad, normalmente ubicados en un contexto de divulgación científica o interés cultural.

Después de un parón, di un lavado de imagen al blog y lo usé como plataforma de promoción de mi primera novela, Polvo de estrellas. Y ahora, poco a poco, se está convirtiendo para mí cada vez más en un lugar en el que volcar honestamente mis reflexiones sobre la vida.

Tampoco es que yo conozca a muchos escritores. Pero intuyo que la mayoría deben padecer ciertos males de los que me ocurren a mí. Alguien que escribe una novela, relatos o la cosa que sea, es para empezar una persona algo peculiar. Y lo digo en el mal sentido: una persona que vive sumida en una realidad pararlela. 

La mayoría de escritores deben tener una vida medianamente común. Es decir, no se ganan el pan con la escritura y por lo tanto deben madrugar y acudir puntuales a desempeñar un trabajo que rara vez no les desmotiva; al igual que me pasa a mí. Pero lo curioso de un escritor es que va pensando a lo largo de su trayecto matutino al trabajo en cosas en las que no piensa la gente normal: su cabeza está muy alejada de allí, y está creando una historia. Aunque no es que esté creando una historia de forma activa. La crea de una forma pasiva, casi sin pensar en ello.

Yo viajo en metro y mientras otra gente debe pensar en cosas cotidianas, como pagar facturas o las notas que sacan sus hijos en el colegio, yo visualizo escenas de mi nueva novela dentro de mi cabeza, como si se tratara de una película. Es casi un proceso inconsciente. No es que me fuerce a pensar en ellas. Son cosas que vienen a mi cabeza, sin más.

Creo que a lo largo de toda mi vida he vivido desconectado de la realidad, en cierto modo. Y que eso me convierte en una persona algo distinta a lo común. Estoy más centrado en las cosas que no existen que en las cosas que sí existen. Eso es raro, supongo. Pero tampoco creo que sea nada de lo que haya que preocuparse.

Esta tarde, por ejemplo, me la he pasado escribiendo y leyendo. Ahora estoy trabajando de Lightessness, una colección de relatos en inglés. Se me han ocurrido algunas buenas ideas para el primer relato, y he empezado a escribir un poco. Apenas he escrito un párrafo en inglés para darme cuenta una vez más que mi inglés es lamentable. Pero soy un cabezón y esta colección de relatos la voy a sacar en inglés. Después me he pasado bastante rato buscando información sobre brujería, ya que es una parte importante del primer relato, mientras escuchaba indie rock con los auriculares. Más tarde me he leído 50 páginas de un libro que compré hace cuatro años y todavía no había empezado. Suelo realizar compras de libros por adelantado. Esto significa que tengo en mi casa mucho material por leer, y siempre puedo elegir a qué le hecho un vistazo. No suelo leer una sola novela al mismo tiempo. La que he empezado se llama El traje del muerto, de Joe Hill. Lo que leo en el metro es World Without End, de Ken Follet, en versión original. Aparte de esto sigo a diario numerosas series de televisión. Y, aunque ahora menos, también he sido un gran consumidor de cine.

Creo que esta forma de ser me inhabilita en cierto modo para centrarme en lo que la gente considera importante. Tampoco es que no haya madurado. Creo que sí lo he hecho. Pero hay una parte de mí que sigue negándose a crecer. Sigue negándose a morir y desaparecer. Y eso es lo que me permite seguir escribiendo.

A veces me pregunto si algún día me centraré en encontrar un trabajo de verdad y enfocarme en mi carrera profesional. O si conoceré a una chica y viviré en pareja. Incluso casarme o tener hijo algún día. Formar una familia y ver el fútbol los domingos por la tarde. Ese tipo de cosas que hace la gente.

Supongo que esto no me hace mejor ni peor que nadie. Sencillamente diferente.

jueves, 31 de octubre de 2013

Espiritualidad, motivación y crecimiento personal

Hoy os traigo unas cuantas frases y extractos que a mí me ayudan en mis momentos de bajón o bien me hacen reflexionar. Creo que en nuestro mundo actual se han perdido muchos valores. Sobre todo aquellos que hacen referencia a aquello que no es tangible pero sí importante. Tener principios y alimentar nuestra espiritualidad es básico para dotar a nuestra vida de sentido. Espero que os gusten.

Los 7 pasos para dominar el ego

1. No te sientas ofendido.
2. Libérate de la necesidad de ganar.
3. Libérate de la necesidad de tener razón.
4. Libérate de la necesidad de ser superior.
5. Libérate de la necesidad de tener más.
6. Libérate de la necesidad de identificarte con tus logros.
7. Libérate de la necesidad de tu fama.

<<Más allá de la noche que me cubre, negra como un abismo insondable, doy gracias a los Dioses que pudieran existir por mi alma invicta. En las azarosas garras de las circunstancias nunca me he lamentado ni he pestañeado. Sometido a los golpes del destino mi cabeza está ensangrentada pero erguida. Más allá de este lugar donde yace el Horror de la Sombra, la amenaza de los años me encuentra y me encontrará sin miedo. No importa cuán estrecho sea el portal, cuán cargada de castigos la sentencia: soy el amo de mi destino. Soy el Capitán de mi alma>>. (William Ernest Henley)

Oración Samurai

Carezo de padres: el cielo y la tierra serán mis padres.
Carezco de hogar: la consciencia será mi hogar.
Carezco de vida y muerte: la respiración será mi vida y mi muerte.
Carezco de fuerza divina: la honradez será mi fuerza divina.
Carezco de riqueza: la comprensión será mi riqueza.
Carezco de secretos mágicos: el carácter será mi secreto mágico.
Carezco de cuerpo: la resistencia será mi cuerpo.
Carezco de estrategia: la lucidez será mi estrategia.
Carezco de proyectos: coger cada ocasión al vuelo será mi proyecto.
Carezco de milagros: la acción correcta en el momento oportuno será mi milagro.
Carezco de principios: la adaptación a cualquier circunstancia será mi principio.
Carezco de valor: mi desapego por la vida será mi valor.
Carezco de talento: la agudeza será mi talento.
Carezco de enemigos: el descuido será mi enemigo.
Carezco de amigos: aquellos a quienes ayude serán mis amigos.
Carezco de armadura: la benevolencia será mi armadura.
Carezco de espada: mi desinterés por mí mismo será mi espada.

<<El 90% del éxito se basa, simplemente, en insistir>>. (Woody Allen)

Y recuerda...

Un mar en calma no crea buenos marineros

viernes, 11 de octubre de 2013

Algunas de mis historias favoritas (II)

Seguimos con la miniserie de Algunas de mis historias favoritas, en la que presento esas películas, novelas o historias -publicadas en el formarto que sea- que me tocaron en su momento la fibra sensible, despertaron mi imaginación y me han hecho pensar en ellas mucho tiempo después de haberlas conocido.

Algunas son verdaderos clásicos. Y otras joyas modernas a las que el tiempo pondrá en su debido lugar. En cualquier caso, todas ellas me parecen imprescindibles.

El Guardián entre el Centeno
Año: 1951


El best-seller más emblemático de J.D. Salinger constituye una de las más ácidas, divertidas e imaginativas críticas a la sociedad contemporánea. A través de los ojos de Holden Caufield, un amargado e inconformista adolescente, Salinger nos presenta una novela brillante de una fluidez inigualable y un uso del lenguaje coloquial sublime. Ha sido mi principal referencia para escribir mi primera novela, Polvo de estrellas.

Final Fantasy VII
Año: 1997

En su momento fue anunciada como las más grande super-producción cinematográfica de todos los tiempos. Y, en realidad, no fue cinematográfica, ¡pero qué super-producción! No hay palabras que puedan describir la inmensa imaginación y profundidad que destila esta historia. Muchos fuimos los que quedamos atrapados en ese mundo en el que se mezclaban la magia, la brujería y las luchas de espadas con la más avanzada tecnología. A medida que la trama avanzaba, pudimos ver cómo Cloud Strife pasaba de ser un mercenario vinculado a una organización terrorista a ser un héroe con la misión de salvar el mundo del apocalipsis. Una historia rica por su variedad de personajes, escenarios, por su mezcla de géneros y su banda sonora inolvidable. Los giros argumentales eran contínuos y la trama siempre sabía sorprenderte. El resultado fue espectacular. Y Final Fanatsy VII siempre se recordará como uno de los mejores videojuegos de todos los tiempos. Si no el el mejor.


El Alquimista
Año: 1988

La de Paulo Coelho es una de aquellas novelas cortas pero muy intensas, en las cuales no hay escrita ni una palabra de más. Un libro tan sencillo que podría ser leído por los niños de primaria, pero que a la vez contiene un gran número de lecciones vitales que nos hacen creer en el poder de la voluntad del hombre. Leerlo enriquece tu espiritualidad y te hace mejor persona. Y también es un soplo de aire fresco para todo aquel que haya dejado de creer en sus sueños. Una lectura que no puede faltar. Por lo menos hay que leerlo una vez en la vida, si bien yo ya lo he leído unas tres o cuatro veces.


One Tree Hill
Año: 2003


One Tree Hill es una de las mejores series que se han realizado, si bien ni la crítica del público ni la profesional la han dejado en el lugar que le corresponde. Pero ninguna serie de adolescentes llega a las 9 temporadas (de unos 20 capítulos de promedio y 40 minutos cada uno). Repito: ninguna. Esta serie es brutal. La profundidad de los personajes, su desarrollo a lo largo de cada temporada, las reflexiones de la vida a las que se nos invita en cada capítulo, la excelente administración del suspense y el drama por parte de los guionistas, los diálogos sublimes, las actuaciones inconmensurables de James Lafferty (Nathan Scott), Hilarie Burton (Peyton Sawyer) y Paul Johansson (Dan Scott), hacen que cada capítulo de esta serie sea un verdadero deleite. No es otra estúpida serie de adolescentes. One Tree Hill es algo muy diferente. Al mirar de cerca la vida de Lucas, Haley, Nathan, Peyton, Brooke, Keith, Dan, Karen... nos sentimos identificados de tal forma que reímos con sus alegrías, y sufrimos y lloramos con sus desgracias. Excepcional.

Cien años de soledad
Año: 1967

Otra de las novelas que he releído al menos una o dos veces. Cuando un chaval de quince o veinte años coge este libro, lee las dos primeras páginas y ve que es la historia de una familia en la que todo Cristo se llama José Arcadio o Aureliano, y viven en un pueblo de cabañas de cañabrava llamado Macondo, un recóndito lugar en el culo del mundo... pues le dan ganas de no seguir leyendo, ¿para que engañarnos? Pero hay que hacerlo. La novela de Gabriel García Márquez es para mí la mejor novela de todos los tiempos y, además, lo es de forma indiscutible y aplastante. Es rica, muy rica. Es poderosa y tiene algo especial. Y es talentosa hasta dar asco. Las páginas van y van pasando. Y tú vas leyendo e implicándote en este sublime culebrón hasta que una tempesta mitológica se lleva para siempre a la familia Buendía, una estirpe condenada a cien años de soledad.

El Club de los Poetas Muertos
Año: 1989

Y seguimos con una más de las novelas que me he releído. Es curioso, porque la historia en realidad fue hecha para el cine, un guión original que ganó el Óscar en 1989. Ha sido una de las películas que más fama dio a Robin Williams en su papel de profesor carismático. Posteriormente, en 1991, se publicó una adaptación de la película en forma de novela, de la mano de Nancy Kleinbaum. Lo más curioso es que nunca he visto la película, y la novela la he leído unas cuatro veces. Cosas de la vida, supongo. Es un historia muy emocionante y de ésas algo inclasificables que, curisamente, son las mejores.

El Indomable Will Hunting
Año:1997


Es un peliculón. La historia de un superdotado rebelde e inadaptado que debe encontrar su papel en un mundo que es demasiado sencillo para él, pero a la vez complicado. La historia de amor es muy bonita, la relación de Will Hunting con su psicólogo, interpretado de forma brillante por Robin Williams, es entrañable. Los diálogos son inteligentes y te hacen pensar. Y uno acaba teniendo un regusto de haber visto una historia aleccionadora una vez en la pantalla aparecen los créditos. Como curiosidad, el guión fue escrito por unos jovencísimos Ben Affleck y Matt Damon, ambos protagonistas en la película, y se llevaron el Óscar al mejor guión original.

La Sombra del Viento
Año: 2001


La novela de Carlos Ruiz Zafón alcanzó rápidamente fama mundial. Es un escrito bastante especial, si bien su autor ha mostrado a lo largo de su carrera una preocupante falta de ideas originales. La Sombra del Viento es la historia que Carlos Ruiz Zafón ha escrito tantas veces... como ya hizo en Marina o en las posteriores entregas de la saga, pero es la historia perfecta. Es magnética y apasionante. De un romanticismo sin parangón. Una de las mejores novelas españolas de todos los tiempos.

Pulp Fiction
Año: 1994


Quentin Tarantino sorprendió al mundo en 1994 con un extenso largometraje que entrelazaba tres historias desordenadas cronológicamente. La verborrea de sus personajes, los ingeniosos diálogos, la crudeza de su violencia y la maestría con el que el director se movía detrás de la cámara, cautivaron al mundo y Pulp Fiction se convirtió en un clásico instantáneo, que elevó al cineasta a lo más alto de Hollywood, pasando a ser el enfant terrible del séptimo arte, cuyas películas eran esperadas y recibidas con la misma expectación que un eclipse solar. Como no era de extrañar, la película también ganó el Óscar al mejor guión original. Seguramente, se trata del film más transgresor de todos los tiempos.

Espero que os hayan gustado estas historias. Si hay alguna que no conocéis, os aconsejo echarle un vistazo.

Nunca dejéis de soñar.



sábado, 5 de octubre de 2013

Algunas de mis historias favoritas (I)

Una vez vi un documental que exponía la tesis de que todas las historias que se crean hoy en día son, desde cierto punto de vista, un plagio. A pesar de que la falsedad de esta afirmación resplandece por su evidencia, no pude evitar pensar que, expresándolo de otro modo, el realizador del documental hubiera utilizado las palabras adecuadas y hubiera dado en el clavo al defender que todos los autores tienen sus influencias.

Yo creo que existen dos repositorios históricos que sirven a los autores para inspirarse al crear una historia. El primero y más importante es el que constituyen las propias experiencias vividas. El segundo es, sin duda, todo el conjunto de escenas que nos imaginamos en su momento leyendo una novela o viendo una película, serie o anime, y nos produjeron una emoción poderosa. Ésas son nuestras influencias.

Por eso os presento una pequeña serie en la que compartiré con vosotros cuáles han sido las principales referencias que activaron mi imaginación para que, a día de hoy, sienta esa necesidad de crear historias y contribuir con mi pequeño granito de arena al imaginario colectivo.

La lista que os expongo no contiene la totalidad de mis historias preferidas y, del mismo modo, tampoco han sido enumeradas atendiendo al grado de predilección. Tampoco estarán clasificadas de ninguna forma. Tan sólo se trata de las que para mí son algunas de las más grandes historias que se han creado nunca.

Star Wars: Episode V - The Empire Strikes Back
Año: 1980



Es para mí sin duda la mejor entrega de la archiconocida saga Star Wars. También constituye la película más oscura y adulta de las seis que hasta ahora se han producido. Una emocionante oda a la épica en la que podemos ver cómo el joven aprendiz Luke Skywalker debe buscar solo su camino tras la muerte de su maestro, Obi-wan, y enfrentarse a sus temores más oscuros para convertirse en un Jedi. Sin embargo, pronto deberá abandonar su entrenamiento y poner su vida en peligro para rescatar a sus amigos de la sombra de El Imperio Galáctico, convirtiéndose en un héroe y descubriendo un terrible secreto que le hará replantearse su papel en la lucha por la libertad de la galaxia.

Monstruos Invisibles
Año:1999



Los pájaros me comieron la cara. En esta novela, Chuck Palahniuk hace una vez más apología de la transgresión presentando la historia de una modelo transexual, su amante y una chica cuya cara quedó desfigurada tras un accidente de tráfico, que viajan de un lado a otro de Estados Unidos robando pastillas en casas de ricos y revendiéndolas en el mercado negro. Sin emabargo, en el transcurso de su viaje, se revela que el pasado de estos personajes está conectado dramáticamente. Lo suficiente como para que el resentimiento y el odio nazca entre ellos hasta un punto que tiene consecuencias desastrosas. Es una novela provocadora y con una carga muy alta de crítica social. Quizás no tan reconocida como debería. Una novela fresca, impactante y de una originalidad indiscutible.

Dragon Ball
Año: 1984


Probablemente el anime más exitoso de todos los tiempos, Dragon Ball es una historia única e irrepetible tanto por su longitud como por el número y la evolución de sus personajes. En ella se nos explica la vida de Son Gokuh, un extraterreste enviado a la Tierra para el exterminio de la raza humana, que tras un golpe en la cabeza pierde los recuerdos de su misión y es criado en el bosque por un viejo hermitaño experto en artes marciales. Tras conocer a Bulma, Son Gokuh parte de su hogar y viaja por todo el mundo en busca de las Bolas de Dragón, las cuales una vez reunidas pueden conceder a su dueño cualquier deseo. En este largo viaje, vemos a Son Gokuh hacer amigos, enemigos, casarse, tener hijos ¡y hasta nietos!, perder a seres queridos, morir, resuscitar, conocer su pasado y enfrentarse a terribles peligros. En cada una de las sagas, siempre se destila ese sabor a clásico de la lucha del bien contra el mal, en la que el héroe se sacrifica para salvar a las personas que quiere. Enemigos que se convierten en grandes amigos, descubrimientos sorprendentes y exhaltación de las emociones de los personajes hacen de Dragon Ball la serie apasionante y adicitiva que fue capaz de reunir en el sofá a varias generaciones para vivir increibles aventuras a través del televisor.

Crónica del pájaro que da cuerda al mundo
Año: 1994


No es la novela más conocida de Haruki Murakami, pero sí la más extensa y compleja. Y su trabajo más inquietante y perturbador. La historia narra la vida de Tooru Okada tras la extraña desaparición de su mujer. A medida que intenta aclarar los motivos por los cuales su mujer le ha abandonado, extraños personajes empiezan a aparecer en la vida de Tooru. En este periodo de introversión, Tooru empieza a penetrar en un mundo paralelo, ese otro lado tan reiterativo en la bibliografía del autor japonés. Un lugar oscuro y tenebroso en el que Tooru se enfrentará a los miedos que ha arrastrado durante toda su vida.

LOST
Año: 2004


Otro fenómeno televisivo sin precedentes, LOST nos mantuvo enganchados a la pantalla pendientes de los misterios de La Isla en la que estrelló el vuelo 815 de Oceanic. El grupo de supervivientes, liderado por Jack Shepard, un médico que regresaba a su ciudad natal para poder enterrar a su padre, deberá enfrentarse a numerosos peligros y enigmas en un lugar en el que nada es lo que parece. A medida que avanzan los capítulos, conocemos más del pasado de Jack, Kate, John, Sawyer, Jin, Hurley, entre otros supervivientes, a través de una serie de flashbacks que nos muestran que todos ellos huyen de un pasado doloroso y tienen secretos que esconder.

Por hoy lo dejo aquí. Seguiré más adelante con nuevas historias que considere que están en el TOP de todos los tiempos. Espero que os hayan gustado y, si no tenéis nada que hacer un domingo por la tarde, os animéis a descubrir aquellas que aún no hayáis visto/leído.

Nunca dejéis de soñar.







sábado, 7 de septiembre de 2013

Sensaciones tras la publicación de mi primera novela

Ahora que ya han pasado unas semanas tras el frenesí del lanzamiento de mi primera novela en Amazon, tras haberla visto casi 10 días seguidos en el TOP 100 de descargas y habérsela hecho llegar a más de 500 personas, y habiendo transcurrido ya este efímero espejismo de éxito después del que Polvo de estrellas se ha hundido para siempre en el pozo de las palabras olvidadas, donde tantas historias yacen cada día, creo sentirme con la suficiente madurez como para hablar de todas las sensaciones vividas a lo largo de este proceso que ha durado varios años, en el que he sido capaz de arrancar un parte de mi corazón y dejarla plasmada en un papel en blanco.

Siempre recordaré Polvo de estrellas como una historia triste. Un reflejo de las penurias vividas los años en los cuales esta historia fue tomando forma. Unos años en los que se me rompió el corazón unas cuantas veces, viví de cerca la muerte de un ser querido, me sentí decepcionado por las personas a las que había considerado mis amigos, tuve que lidiar yo solo con tremendas cargas que no me pertocaban, sentí cómo mis aspiraciones profesionales se evaporaban y perdía para siempre la senda de lo que verdaderamente siempre hubiera querido hacer, e incluso las ideas del suicidio no dejaban de pasearse reiteradamente por mi cabeza. Un tiempo en el que he estado solo y no he dejado de conocer a personas equivocadas. De dar pasos en falso y de estar, francamente, perdido.

Con este trasfondo no era difícil que los personajes de Eric y Amanda, dos personas jóvenes y atormentadas por una vida demasiado vacía, nacieran dentro de mi corazón y se manifestaran como eso que yo fui, lo que estaba viviendo y aquello que quería algún día llegar a ser. Por otro lado, Saúl y Claudia viven en mí, porque son esa parte mía más oscura, visceral y violenta que todo el que me conoce bien entiende. Y, la chica-de-los-ojos-verdes, siempre vivió como un ideal inalcanzable dentro de mí, desde hace muchos años.

En este sentido, escribir Polvo de estrellas no ha sido difícil. Creé la trama y la historia a lo largo de unos tres años, aproximadamente, en los cuales iban apareciendo esas ideas locas en mi cabeza tras volver a casa después de una noche de borrachera sintiéndome una mierda, saber qué es la muerte y el dolor que deja tras su paso y tener, al fin y al cabo, un corazón destrozado. En cierto modo, esta novela ha sido un purgatorio personal. Un lugar donde he podido expulsar toda la basura que llevaba dentro y, encima, la he podido transformar en arte.

Creo que, escriba lo que escriba a partir de ahora, seguramente alcanzará un nivel técnico superior al de Polvo de estrellas, fruto del aprendizaje constante al que siempre está abocado un escritor. Pero me parece bastante imposible que haya algún día otra novela mía tan personal, tan idiosincrática y tan auténtica.

Esta novela es una joya en muchos sentidos.

El proceso de publicar el trabajo ha sido laborioso. Una vez tuve el guión, al que dediqué tres años, escribir el primer borrador me llevó un mes - las vacaciones de 2012 -. Ese borrador inicial fue reescrito una y otra vez hasta tomar la forma final de lo que es la novela en su última versión. Han habido mejoras importantes ya que, a medida que la he ido escribiendo, también he ido aprendiendo. Y mucho. También hubo censura, porque el primer borrador era algo escatológico, sobre todo en los excesos de las escenas de sexo y el uso del lenguaje coloquial. Así que vi necesario cortarme un poco para dotar a la novela de un carácter algo más comercial que quizás pudiera ayudar a que una editorial se fijara en mi trabajo y apostara por mí.

Lamentablemente, el editorial es un mundo muy restrictivo y cerrado a los autores noveles. Estuve un tiempo debatiéndome entre presentarme a un nuevo concurso o autopublicar la novela. Era algo que debía pensarse bien, pues el hecho de autopublicar implicaba que la novela ya no podría participar en ningún otro certamen literario.

Tras haber publicado Polvo de estrellas, las sensaciones son algo confusas. Por un lado me alegro de haber tenido mi novela en papel entre las manos. El proceso de publicación, incluyendo la maquetación del libro y el diseño de la portada, lo he vivido con mucha ilusión y ha sido como cumplir un sueño. Al mismo tiempo, el haber recibido tan buenas críticas por parte de los lectores, me ha animado mucho a seguir escribiendo y dedicándome muy en serio a esto de la creación de historias.

La parte negativa ha sido poder comprobar, una vez más, lo difícil que es dar a conocer tu obra. Encontrar lectores es una ardua tarea de promoción, para la cual un escritor independiente no tiene medios. Independientemente de la calidad de una novela, para la mayoría de escritores independientes, la historia sólo llegará a su entorno social y quizás un poco más lejos. Pero, salvo algunas excepción, no mucho más lejos. Eso entristece, pues lo que más quiere un escritor es difundir sus palabras y saber que llegan a la gente. Creo que esa es la ambición última de cualquier persona que se dedique a esto.

La etapa de promoción me ha desgastado mucho psicológicamente. Puedo decir que me he cansado y, si bien he diseñado un pequeño Plan para difundir la obra a través de Wattpad, ya no tengo ganas de seguir registrándome en foros a presentar la novela o mensajear a bloggers para tratar de conseguir una triste reseña. El escritor de verdad es un lobo solitario, y todo lo relacionado con las apariencias no suele ser mucho de su agrado.

En otras palabras: me importa un comino.

Ahora me apetece centrarme en mi próximo proyecto literario. Pues lo realmente grande de esta afición para muchos - y profesión para una minoría - es el hecho de poder desahogar todas esas inquietudes que se llevan dentro, de dar rienda suelta a tu imaginación, de crear unos personajes a los que llegas a querer como si fueran tus hijos, de diseñar unos diálogos que, verdaderamente, estás teniendo contigo mismo.

Eso es lo que significa escribir.

Y lo demás importa poco.

jueves, 29 de agosto de 2013

Viviendo peligrosamente: el experimento de los 400 cigarros

No es una noticia nueva que el tabaco es la primera causa de muerte prematura en el mundo. Su consumo está asociado a terribles enfermedades, como pueden ser: cáncer, enfermedades cardiovasculares, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), enfisema, infecciones respiratorias, impotencia, y un largo etcétera de problemas de salud que, francamente, quiero pensar que a nadie le gustaría padecer.

Sin embargo, parece ser que la mayoría de fumadores en el mundo no son plenamente conscientes del peligro que corren al fumar cada cigarrillo. Según un sondeo de la OMS, en 2010 existían más de 1250 millones de fumadores en el mundo. Esto supone, aproximadamente, un tercio de la población mundial adulta. Existen cientos de millones de personas en el mundo que, a pesar del bombardeo de artículos e imágenes - algunas de ellas incluso demasiado grotescas, como son las que se incluyen actualmente en las cajetillas de tabaco - que procuran persuadir a los fumadores para abandonar el hábito, siguen envenenándose lentamente.

Y, francamente, me parece una pena.

Hace un tiempo vi un vídeo en Youtube muy curioso. Se trataba de una persona que diseñó un experimento para extraer el alquitrán que una persona inhala al fumar 400 cigarrillos. Creo que ningún fumador es plenamente consciente de que, después de fumar 20 cajetillas - es decir, menos de un mes en fumadores empedernidos -, uno puede haber acumulado tanta porquería en sus pulmones.

Si bien el tabaquismo se convirtió años atrás en un icono asociado a la sensualidad y a la estética - muestra de ello fueron todos aquellos planos de Hollywood grabando a estrellas de cine dando caladas a un cigarro en multitud de producciones -, hoy por suerte la legislación y las campañas de información están ayudando a millones de personas a abandanos un hábito que no sólo resulta antihigiénico y desagradable - halitosis -, sino que cada día pone en riesgo la vida de mucha gente.

Me temo que uno de los motivos por los que los fumadores se resiten a dejar el hábito es el conocido dicho: "de perdíos al río". Es decir, si ya has fumado 20 años y no te ha pasado nada, ¿qué más da? Pues esta actitud es equivocada. En primer lugar, porque el cuerpo humano tienen mecanismos que lo depuran constantemente y una persona que deja de fumar bajará exponencialmente los riesgos de padecer terribles enfermedades tan sólo meses después de haber abandonado el tabaco. Y, en segundo lugar, porque cuantos más años fumes más probabilidades vas a tener de morir de esto.

Fumadores del mundo, os quiero transmitir un mensaje ya algo trillado, repetido hasta la saciedad pero, igualmente, necesario: "El tabaco mata".

Invierte tu perspectiva.






domingo, 25 de agosto de 2013

Centrarse en principios

 Groucho Marx dijo en una ocasión: "Éstos son mis principios. Si no le gustan, tengo otros".



Hace tiempo leí un best seller de Stephen R. Covey, del que muchos habréis oído hablar, ya que es uno de los títulos más vendidos de todos los tiempos en el ámbito de la autoayuda, superación personal, empresa y talento. Se llama "Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva". Es algo así como un manual para tomar el control de nuestra persona, el dominio de uno mismo. Y conseguir de esta forma el tan codiciado éxito en la vida.

"El verdadero éxito es el éxito que se obtiene con uno mismo. No consiste en tener cosas, sino en el autodominio, en la victoria sobre sí", reza el libro.

El libro, en uno de sus capítulos, analiza los centros en los que podemos focalizarnos las personas como eje central de nuestra vida: cónyuge, familia, dinero, trabajo, posesiones, placer, amigos, enemigos, religión y uno mismo.

El autor rechaza todos estos centros, ya que todos ellos nos hacen caer en paradigmas que, muy probablemente, acabarán desembocando en infelicidad. El único centro que nos puede permitir llevar una vida plena, dice, es vivir una vida centrada en principios.

"Los principios no reaccionan ante nada. No enloquecen ni empiezan a tratarnos de otro modo. No se divorcian de nosotros ni se van con nuestros mejores amigos. No están ansiosos por conquistarnos. No pueden pavimentar nuestro camino con parches y remedios rápidos. Su validez no depende de la conducta de otros, ni del ambiente ni de la moda del día. Los principios no mueren. No están un día aquí para irse al día siguiente. Están a salvo de incendios, terremotos o robos" (S.R. Covey)

He observado a lo largo de mi vida que una gran parte de los quebraderos de cabeza que preocupan a las personas, como el miedo a quedarse solo, a no encontrar pareja o, incluso, el miedo a la incertidumbre económica, tienen como denominador común el no ser unas inquietudes centradas en principios.

No podemos controlar qué personas se cruzan en nuestro camino; no podemos saber quién nos amará, si alguien nos amará, o si conservaremos a la persona amada a nuestro lado. Sólo somos unos viajeros desorientados. Buscando un resplandor. Haciendo un camino a medida que avanzamos en medio de la oscuridad.

Pero lo que es seguro es que siempre nos tendremos a nosotros mismos. Y por eso es importante que nos centremos en principios. En la sociedad decadente en la que vivimos, que adolece de una clara pérdida de valores que puede percibirse día tras día, creo que es importante, más que nunca, que nos centremos en principios.

Es posible que centrarnos en principios no nos dé la completa felicidad que todos anhelamos. Pero sí que nos servirán como una guía y una referencia para que nuestras fuerzas no flaqueen, para que no perdamos el rumbo con los reveses, amorosos o no, que irán apareciendo contínuamente en el camino.

Todo se puede perder aunque, si nos mantenemos fieles a nosotros mismos, tendremos algo que ya nunca nadie podrá arrebatarnos. Imaginaos que saco un billete de mi cartera, un billete de 50 euros. Y entonces lo arrugo, le escupo, lo tiro al suelo y lo pisoteo varias veces.

¿Seguiríais queriendo ese billete?

Ese billete somos nosotros. Si nos mantenemos fieles a nuestros principios, por más que nos humillen, nos maltraten, nos pisoteen... Seguiremos teniendo, exactamente, el mismo valor.

Invierte tu perspectiva.