jueves, 29 de agosto de 2013

Viviendo peligrosamente: el experimento de los 400 cigarros

No es una noticia nueva que el tabaco es la primera causa de muerte prematura en el mundo. Su consumo está asociado a terribles enfermedades, como pueden ser: cáncer, enfermedades cardiovasculares, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), enfisema, infecciones respiratorias, impotencia, y un largo etcétera de problemas de salud que, francamente, quiero pensar que a nadie le gustaría padecer.

Sin embargo, parece ser que la mayoría de fumadores en el mundo no son plenamente conscientes del peligro que corren al fumar cada cigarrillo. Según un sondeo de la OMS, en 2010 existían más de 1250 millones de fumadores en el mundo. Esto supone, aproximadamente, un tercio de la población mundial adulta. Existen cientos de millones de personas en el mundo que, a pesar del bombardeo de artículos e imágenes - algunas de ellas incluso demasiado grotescas, como son las que se incluyen actualmente en las cajetillas de tabaco - que procuran persuadir a los fumadores para abandonar el hábito, siguen envenenándose lentamente.

Y, francamente, me parece una pena.

Hace un tiempo vi un vídeo en Youtube muy curioso. Se trataba de una persona que diseñó un experimento para extraer el alquitrán que una persona inhala al fumar 400 cigarrillos. Creo que ningún fumador es plenamente consciente de que, después de fumar 20 cajetillas - es decir, menos de un mes en fumadores empedernidos -, uno puede haber acumulado tanta porquería en sus pulmones.

Si bien el tabaquismo se convirtió años atrás en un icono asociado a la sensualidad y a la estética - muestra de ello fueron todos aquellos planos de Hollywood grabando a estrellas de cine dando caladas a un cigarro en multitud de producciones -, hoy por suerte la legislación y las campañas de información están ayudando a millones de personas a abandanos un hábito que no sólo resulta antihigiénico y desagradable - halitosis -, sino que cada día pone en riesgo la vida de mucha gente.

Me temo que uno de los motivos por los que los fumadores se resiten a dejar el hábito es el conocido dicho: "de perdíos al río". Es decir, si ya has fumado 20 años y no te ha pasado nada, ¿qué más da? Pues esta actitud es equivocada. En primer lugar, porque el cuerpo humano tienen mecanismos que lo depuran constantemente y una persona que deja de fumar bajará exponencialmente los riesgos de padecer terribles enfermedades tan sólo meses después de haber abandonado el tabaco. Y, en segundo lugar, porque cuantos más años fumes más probabilidades vas a tener de morir de esto.

Fumadores del mundo, os quiero transmitir un mensaje ya algo trillado, repetido hasta la saciedad pero, igualmente, necesario: "El tabaco mata".

Invierte tu perspectiva.






No hay comentarios:

Publicar un comentario

Evita el uso de palabras malsonantes, insultos o lenguaje agresivo en los comentarios. No te preocupes si no ves tu comentario publicado inmediantamente, ya que primero lo revisaré para que no llegue a publicarse nada indebido en este blog. Gracias.